Notimex.- Para concluir la celebración del Día de Muertos en el Zócalo de esta ciudad, anoche se presentó Gabino Palomares con su espectáculo “40 años de amor y patria”, entrega a la que el público le respondió con ovaciones de cariño, respecto y reconocimiento a sus cuatro décadas de trayectoria.
Como preámbulo, se informó que desde 1972 Palomares ha caminado como compositor y cantante al lado de los principales movimientos sociales y políticos de México, cantando a la realidad, las aspiraciones, los sueños y los problemas de México.
El público, mayoritariamente jóvenes y jóvenes adultos afines a las ideas que el cantautor plantea en sus temas, se congregó por centenares alrededor del escenario donde Palomares, guitarra en pulso, cantó las más reconocidas páginas de su repertorio musical, temas de su autoría y de otros compositores.
Al paso de los años, sus canciones e interpretaciones se han convertido en una suerte de espejo de la realidad que plasman. Una de sus canciones más emblemáticas, “Maldición de Malinche”, es hoy un himno latinoamericano. La canción, en sus diferentes versiones e intérpretes tiene casi dos millones de visitas en Youtube.
Fue justamente con ese tema con el que Palomares encendió el ánimo de los presentes. El frío que permeó al Zócalo no hizo mella al calor humano, la fraternidad en su máxima expresión y la solidaridad del público ante las temáticas que el cantante aborda en sus canciones.
El concierto de Gabino Palomares fue incluido en los festejos del Día de Muertos en el Zócalo, y a propósito de sus cuatro décadas de trayectoria musical, también recibió un reconocimiento, sobre todo, por su incansable labor al lado de los principales movimientos sociales y políticos de México.
“Música para vivos, en los festejos del Día de Muertos” fue lo que se oyó anoche en la plancha del Zócalo capitalino, vestida de flores y papel de china con motivo de la festividad tan mexicana. Sobre el escenario, Palomares celebró su trayectoria de 40 años, por eso hizo un recuento de sus éxitos.
Desde que declinó el Sol, la gente comenzó a llegar en cada vez más grandes grupos. El programa musical, que fue de las 17:30 a las 22:00 horas, inició con la Orquesta Sinfónica Juvenil Ollin Yoliztli, bajo la dirección de la concertista mexicana Zaeth Ritter, e integrada por cerca de 50 jóvenes de entre 17 y 26 años.
Luego se dejó oír la poesía del escritor argentino Jorge Luján en la voz de la soprano mexicana Lourdes Ambriz, en el espectáculo “Caminando sobre el fuego”, poemas de Luján con temas que van de las luchas interiores a los sueños sociales frustrados, es decir, un símbolo del estar en la tierra.
Enseguida llegó Estusha, cantante mexicana quien ofreció “Transiciones”, espectáculo inspirado en el poemario “Cantos de ignorancia iluminada”, de Jacobo Grinberg-Zylverbaum, científico y escritor mexicano. La intérprete creó, con amor y dedicación, este homenaje para su padre, haciendo vivo su recuerdo.
En una noche tan especial, Gabino Palomares, un imprescindible de la música popular mexicana, cerró el programa con la voz y el canto que ha signado su presencia durante varios lustros, como trovador y cancionero. Con su repertorio tradicional de México y de América, una vez más, su voz tocó corazones sensibles.
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