Notimex.- Selma Ancira es una mujer feliz por lo que hace, labor por el que la víspera recibió el Primer Premio de Traducción Literaria “Tomás Segovia”, y está tan segura de ello que sostuvo: “Me gusta tanto lo que hago que cada libro que traduzco pienso ah, esto es lo mejor que me ha pasado en la vida!”.
Sin embargo, cuando empieza otra traducción vuelve a decir: “qué trabajo tan maravilloso, ésto sí es lo mejor que me ha tocado en la vida!. Cada libro para mí es muy gratificante”, abundó Ancira en entrevista con Notimex.
Aseguró que para ella cada libro es un universo completo que lleva consigo sus viajes, y con él sus dificultades, sus investigaciones; cada uno, “aunque sea pequeñito, es para mí maravilloso, cada uno de los que conforman mi biografía literaria es un viaje interno y personal en muchos aspectos. Lo repito, cada libro es una experiencia distinta”.
Al abundar en el trabajo de los traductores, comentó que el traslado a otro idioma la poesía “debe ser traducida por poetas, como bien dijo Fabio Morabito, aunque aventuro la hipótesis que quizá pueda existir un traductor que se sienta bien en el elemento”.
Un profesional “que él mismo no tenga que decir nada como autor pero que a la vez tenga los medios, las imágenes, que tenga los instrumentos para hacerlo.
“Aunque si el traductor que no es poeta tiene ya un texto, como decía Octavio Paz, un texto a partir del cual construir una nueva poesía, aún sin ser poeta, repito solamente si tiene los elementos necesarios para hacer poesía, podemos decir que quizá un traductor que no es poeta sea capaz de traducir poesía de manera afortunada”, aseveró.
Dijo que por su experiencia, un traductor “no puede olvidar la lengua de partida, pero tampoco puede olvidar la lengua de llegada. Digamos que lo afortunado de nuestro trabajo como traductores es hacer como un acróbata, lograr un equilibrio entre las dos lenguas y lograr un equilibrio perfecto para no caer ni de un lado ni del otro”.
En ese sentido, puntualizó que se siente, “a veces, como si anduviera en la cuerda floja, si me inclino mucho hacia algún lado, me voy a caer, lo mismo al otro lado. Para la traducción hay que lograr ese equilibrio entre las dos lenguas. Ésto, con el fin de lograr una traducción que sea en sí misma una obra literaria”.
Recordó que “Tomás Segovia decía que es importante haber leído textos sobre teoría de la traducción y después olvidarse de ellos. Es importante tener estos textos de ´traductología´ bien integrados, pero no tenerlos presentes al momento de traducir, y creo que es de una sabiduría capital”.
Sobre el reconocimiento que recibió la víspera, Ancira Berny afirmó que le honra mucho, “me siento contenta, conmovida, también sorprendida de que el premio se me haya otorgado a mí y siento muy profundamente la responsabilidad que significa haber recibido un premio de este tamaño, responsabilidad no solamente con los lectores sino también con los autores que traduzco”.
Hija del reconocido actor Carlos Ancira, Selma es originaria de la Ciudad de México y realizó estudios de filología rusa en Moscú, así como en Literatura Griega en la Universidad de Atenas. Ha obtenido el Premio Nacional de Traducción 2011 en España, país del que también es residente.
Al español ha trasladado obra de autores como Tsvietáieva, Pushkin, Gógol, Dostoievski, Goncharov, Bunin, Bulgákov, Pasternak, Eisentein, Berbérova, Mandelshtam y Okudshava, entre otros.
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