Obra de Armando Jiménez contiene toda la identidad nacional

Notimex.- Siendo Ingeniero Civil, don Armando Jiménez (Coahuila, 1917- Chiapas, 2010) viajó por todo el país y advirtió que nuestra identidad estaba siendo vulnerada, en su esencia, por anglicismos ajenos a las etimologías griegas, a las raíces latinas y a la gramática “leperuzca” nacional.

Tal cavilación se debe a Alfonso Hernández Hernández, cronista oficial del barrio de Tepito, quien acotó tajante que “la identidad nacional y la picardía mexicana están contenidas en la obra de Armando Jiménez”, sobre todo, en su obra cumbre, “Picardía mexicana”, escrita por ese cauto autor en el año 1960.

“La picardía es parte de la esencia de lo mexicano y de la fenomenología del relajo. En los últimos años, nos hemos acartonado mucho, ya no reímos, ya no discurrimos ni hacemos ese ajedrez mental de alburear y jugar con las palabras para buscarles el doble o el triple sentido”, añadió en entrevista con Notimex.

El estudioso de la cultura popular subrayó que Armando Jiménez consideró que al perder el habla popular se está en peligro de perder la identidad que tenemos como mexicanos. “Si algo debe preservarse es el habla popular, que es la condición de la identidad, del mestizaje, de lo que somos como pueblo”.

Además de ser un gran ajedrez mental, el albur deja entrever que a mayores complejos, menos reflejos tenemos para entender y responder un buen albur. “Los chilangos estamos utilizando un vocabulario muy pobre, y el albur exige uno amplio, además de conocer todos los verbos en todas sus conjugaciones”.

Añadió a sus declaraciones que la obra de Armando Jiménez condensa la naturaleza de lo que seguimos siendo como pueblo, mucho más allá de los anglicismos “y a pesar de que ponerle nombre a un niño representa trabajo y voluntad de los padres, y ahora muchos jóvenes se llamen Güey entre ellos”.

Armando Jiménez, abonó el entrevistado, reivindicó muchas cosas que siguen presentes en las clases populares. “Tepito es una de las muchas cunas del albur donde se preserva esa habla y donde este año se impartirán cuatro Diplomados de Albures acreditados por la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Añadió que si el albur existe es porque resiste y que el espíritu de la cultura popular sigue acrisolada en los barrios originarios de esta ciudad. “Si los pueblos originarios reivindican el náhuatl, los barrios originarios de esta ciudad reivindican el albur y la esencia de la picardía mexicana”, destacó.

Y en ese contexto, recordó que el libro “Picardía mexicana”, emblemático libro de Armando Jiménez cuyas primeras ediciones estuvo prologado por el Nobel mexicano Octavio Paz, ha tenido 143 ediciones y vendido alrededor de cinco millones de ejemplares a lo largo de su historia, desde que apareció en 1960.

Luego de esa acotación, el cronista del Barrio Bravo tomó su asiento en el interior de la Capilla Alfonsina en esta ciudad, donde junto con la especialista Lourdes Ruiz y la lingüista Company Company fue convocado para tomar parte activa en el ciclo literario “Humor y literatura: La picardía mexicana”.