Notimex.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reivindicó hoy el derecho de los palestinos a un Estado soberano en una visita que realizó a la ciudad de Ramala, donde se entrevistó con el presidente palestino Mahmoud Abbas.
“El pueblo palestino se merece el fin de la ocupación y de las humillaciones cotidianas que ésta arrastra”, afirmó Obama en rueda de prensa, defendiendo que la “esperanza” es una condición básica para “cualquier ser humano” en cualquier parte del mundo.
Obama llegó a Ramala por vía aérea después de haberse encontrado en Jerusalén nuevamente con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, que le hizo una visita guiada por el Museo de Israel, donde apreció una exposición de documentos judíos antiguos y otra de innovaciones tecnológicas.
En su primera visita por Cisjordania como jefe de Estado, abundó en las humillaciones que supone la ocupación de Israel y el derecho de los palestinos a su propio Estado, y resaltó que la opción de dos Estados sigue tan vigente como antes.
En la rueda de prensa conjunta con Abbas, Obama indicó que habló con su contraparte palestina de todos los problemas de la ocupación israelí, sobre cómo reiniciar las conversaciones para la paz, de los prisioneros palestinos y de los asentamientos.
Además, se impresionó de los avances logrados por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en la reconstrucción de instituciones nacionales.
“No podemos permitirnos renunciar a la paz, seguiremos la búsqueda, no importa lo difícil que sea”, dijo Obama en su compromiso con los palestinos, que esperaban quizás una mayor condena de Israel y un mensaje más renovador sobre el futuro de las colonias.
Los más de 150 asentamientos judíos dispersos por Cisjordania son un obstáculo para la paz, le explicó Abbas, que no renunció a su exigencia de que Israel debe poner fin a la construcción.
El mandatario palestino calificó la reunión con su visitante como una “oportunidad” para ver desde el lado palestino los peligros que encierra la colonización para la solución de dos Estados.
“Los asentamientos son ilegales y es el deber de Israel de detener al menos la actividad antes de poder hablar”, opinó Abbas, que recomendó a Israel escuchar incluso a su propia gente que lo denuncia y a la comunidad internacional.
Los palestinos ven la paz como “necesaria e inevitable”, no consideran que la violencia sea la forma de conseguir sus aspiraciones políticas, pero pidió respetar los derechos legítimos de su pueblo.
Obama, que según comentaron algunos portavoces off the record no ofreció nada nuevo, se mostró partidario de reanudar las negociaciones directas para resolver los problemas.
“Si logramos que las negociaciones directas comiencen otra vez existe el potencial de que logremos un acuerdo”, manifestó el jefe de la Casa Blanca.
También condenó las acciones del movimiento Hamas por no cesar la violencia e impedir a los israelíes vivir en una paz que se merecen.
Los palestinos recibieron al presidente Obama con el lanzamiento de varios cohetes contra Israel, un ataque con el que en Gaza expresaron su total rechazo a la visita por creer que va contra los intereses de los palestinos.
El ataque, que no causó daños, tuvo lugar a primera hora de la mañana, horas antes de la anunciada visita de Obama a Ramala.
Medios del país informaron que milicianos dispararon entre cuatro y seis cohetes y que sólo dos de ellos alcanzaron Israel, uno en una explanada próxima a una vivienda.
“La respuesta israelí se producirá en el momento más adecuado”, dijeron fuentes del régimen de Jerusalén, que descartaron la más mínima posibilidad de que en estos momentos el Ejército vaya a responder, por “respeto” al presidente visitante.
Poco antes de ver a Obama, el mandatario palestino se apresuró a condenar el ataque contra cualquier civil.
La visita a Ramala, envuelta en algunas expresiones menores de protesta en la calle, es el primero de dos desplazamientos a territorio palestino.
Obama tiene uno segundo mañana viernes a Belén, al sur de Jerusalén, para conocer la Basílica de la Natividad y ver la situación en la ciudad.
En Ramala el presidente vio también al primer ministro Salam Fayyad, a cargo de la construcción nacional de instituciones en la ANP.
Por la tarde, en uno de los actos a los que la Casa Blanca concede más importancia, Obama se personó en Jerusalén frente a casi 600 estudiantes de universidad israelíes para transmitirles su apoyo a Israel y su perspectiva del conflicto.
Fue un intento más del jefe de Estado estadunidense por limpiar su deteriorada imagen entre los israelíes, que lo ven como hostil a la causa israelí a pesar de las numerosas ayudas que le prestó.
Fuentes diplomáticas estadunidenses explicaron que Obama garantizó el veto a Israel en los foros internacionales, apoyó los proyectos de defensa vitales del país y mantuvo la ayuda económica a pesar de las limitaciones presupuestarias de su administración.
Y a pesar de todo, “los israelíes parecen sólo tener obsesión con su nombre intermedio, Hussein”, dijeron las fuentes.
A juzgar por la ovación de los estudiantes, parece que parte del trabajo de convencimiento lo consiguió realizar.
Este viaje responde en gran medida a la voluntad de Obama de pulir esa percepción, y ayer obtuvo en todo momento la ayuda de Netanyahu y del presidente de Israel, Shimon Peres, que le alabaron y agradecieron sus ayudas en numerosas ocasiones.
Peres le ofrecerá esta noche una cena de Estado con altas personalidades para volver a expresarle su gratitud.
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