TIEMPOS DE CAUSA

La incongruente melancolía por los saltos políticos

La cordialidad entre las opiniones, suele ser el común denominador de toda discusión política con aspiraciones públicas de competición electoral, pero no el punto central del que parten las negociaciones. Hace unos cuantos días, pudimos observar la salida no sólo de secretarios sino de diputados locales así como de regidores. El tema tenemos que visualizarlo como una normalidad democrática que no irrumpe dentro de los pocos casos excepcionales que se presentan en la política mexicana, donde los funcionarios se retiran y evitan cualquier tipo de participación mediática.

En el Congreso del Estado, tan sólo el 43% de los diputados optó por pedir licencia para participar en el próximo proceso electoral donde serán elegidos presidentes municipales, regidores y legisladores locales. Desde un punto de vista más protagónico, tenemos la salida de José Juan Espinoza, Édgar Salomón y Héctor Alonso Granados. Quienes desde su entrada al famoso recinto, no hicieron más que liderar la toma de pleno, logrando cierto dinamismo entre la población y los mismos tomadores de decisiones.

Sin embargo, es evidente que tenemos que analizar la profundidad de sus propuestas y trabajos realizados, puesto que al ser nuevamente representantes o candidatos a un cargo público, nuestra responsabilidad ciudadana consistirá en saber qué criterios seguir o qué mecanismos implementar para elegir correctamente a los siguientes gobernantes. No se trata únicamente de presentar propuestas o reformas de ley, sino de cumplir la encomienda política de servir al Estado para beneficio de los gobernados.

Menciono lo anterior, para recalcar la tremenda problemática que enfrentamos no sólo en el estado de Puebla sino a nivel nacional. El día miércoles, inclusive algunos periódicos nacionales, sacaban a flote la candidatura para una diputación por el estado de Zacatecas de una ex modelo para adultos migrante. Lo alarmante del acontecimiento, es que Giselle Arellano parece estar convirtiéndose en un punto mediático negativo para Acción Nacional, porque al leer sus propuestas encontramos esa repetida lista de acciones para lograr mayores espacios para la mujer, pero nunca alternativas viables de lo que haría en su encargo para mejorar las condiciones del sexo opuesto en dicha entidad.

Este acontecimiento, que sin duda pasará a discusiones más amplias de moralidad que electorales, me recuerda la vieja frase de Jean Jacques Rousseau: “Si hubiera una nación de dioses, éstos se gobernarían democráticamente; pero un gobierno tan perfecto no es adecuado para los hombres”. Ese “gobierno adecuado” para los hombres, es el que durante siglos nos ha tenido atados a la voluntad política mediocre y no a la búsqueda de su profesionalismo. La semana pasada, incluso escuché opiniones de algunos asistentes de los legisladores salientes un poco confusas, puesto que afirmaban que no todos los diputados suplentes se ven tan complacidos en ocupar el cargo por lo que resta del periodo.

Por otra parte, cargamos el viejo lastre de hacer las cosas a medias y nunca exigir respuesta a nuestras interrogantes. La escasez de liderazgos políticos congruentes no es sólo una complejidad interna que se presenta en el blanquiazul, es también una manifestación evidente en todos los partidos políticos en México de que las cosas no se están haciendo del todo bien. Para esto, habría que voltear al Gobierno Federal y preguntarnos dónde quedó la supuesta configuración que se realizaría en la estrategia contra el crimen organizado, el mismo presidente de los Estados Unidos, Barack Obama declaró los días pasados que visitaría nuestro país y que está en toda la disposición de colaborar con Enrique Peña Nieto para hacer una planeación más adecuada al problema del narcotráfico. ¿El detalle? La falta de CONGRUENCIA política, en campaña el mensaje fue otro y la realidad es más dolorosa que los supuestos, siguen los millares de muertos mensualmente y los asesinatos impunes no sólo en la zona norte sino ahora en la zona centro de la república.

Esta separación del político de la honestidad y sinceridad en el discurso, nos arrastra a los ciudadanos hacia lo más profundo del desinterés cívico y la degradación pura de la cultura política. Esto se debe a que en buena parte, las percepciones sociales son cada vez más negativas de lo que fueron en tiempos anteriores, con referencia a sus gobernantes, por lo que en realidad lo que tenemos que hacer es reforzar la educación pública pero más que nada en tópicos como la filosofía, la educación cívica y la historia. No podemos permitir que sólo durante los tiempos electorales los ciudadanos decidan quejarse de sus gobiernos, como es el caso del desplegado contra el Ejecutivo local publicado en el diario Reforma. Si nuestra voluntad y capacidad nos indican que es de gran importancia manifestar nuestras diferencias, pues entonces hagámoslo en el momento más pertinente, siendo totalmente asertivos y políticamente responsables de que nuestra voz puede ser escuchada, pero nunca reprimida.

Por último, me gustaría dejarles ciertas preguntas sobre la temática de este día:
¿Qué ocurrió con el #Yosoy132? ¿Sus líderes ocupan actualmente algún cargo público? ¿Qué desarticuló el movimiento? ¿Dónde quedó la organización universitaria para exigir un sistema democrático más competitivo al actual gobierno? ¿Somos capaces de gesticular como estudiantes las necesidades políticas, económicas y sociales de nuestro país? ¿Sólo el PAN vive una crisis interna? ¿Entonces dónde quedan partidos como el PRD, con la salida de Andrés Manuel? ¿Existen actualmente corrientes de oposición REALES? ¿En qué plano nos ubicamos dentro del mapa ciudadano de participación política? ¿Hemos madurado culturalmente como para aceptar nuestra responsabilidad actual en las decisiones políticas que toman nuestros representantes? Pero bueno, esa es la cantaleta contemporánea que sigue sin comentarse en las tertulias diarias de los jóvenes universitarios, espero, ESPERO, que realmente podamos comentarlas algún día.

Por: David Noceda/ twitter DavidNoceda1