Notimex.- La Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) dedicó su programa concertino del pasado fin de semana –Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli– a la interpretación de obras que forman parte del XXXV Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez.
Recepción que contó con la presencia de Roberto Beltrán Zavala, director huésped, y Enrique Nieto, en las percusiones prehispánicas.
“Concertino para orquesta”, de Héctor Quintanar (Mexico, 1936), “Tenochtitlan
(2009)”–estreno en México–, de Edgar Omar Rojas Ruiz (México, 1982), “Sinfonía núm. 2(2012)”–estreno en México–, de Alex Jiménez Ruanova (México, 1979), y “Delusions of Charles the Bold”–estreno mundial–, de Daniel J. Knaggs (Estados Unidos, 1983), fueron las composiciones mostradas.
Comenzó el recital con el “Concertino para orquesta”, de Quintanar, que la OFCM abordó con avenencia de contraste de una atmósfera etérea (delicada) y también borrascosa.
Cuerdas, alientos y percusiones transitaron por recodos singulares en una caligrafía de improntas y secuencias tímbricas de procelosa y lenitiva tonalidad orquestal.
Redobles percutivos, solos de varios instrumentos (violín, viola, violonchelo…) e irrupción de los metales en una batida tras una aleatoria melodía que se empalma en una afanosa sonoridad de constantes variantes temporales/espaciales: mudas y traslaciones suscritas en un código donde la velocidad/frecuencia (rapidez, mesuras, incrementos, vivacidad…) edificaron una dinámica de inquieta prosodia.
Continuó la ronda con “Tenochtitlan”, de Rojas Ruiz: ejecución donde intervino el percusionista Nieto en un despliegue de ecos prehispánicos en los que tetzilacatl, concha, maracas, sonaja, tambores, teponaztli y panhuehuetl, entre otros instrumentos, escoltaron a las cuerdas de la OFCM en letánico ascenso instrumental.
Segmento sonoro protagonizado por los instrumentos percutivos prehispánicos en paralelo con trompetas y castañuelas ibéricas desafiantes. Cuerdas acuosas: solo de violín de gran belleza. Orquestación de incitante colorido. Silencios. Pausas. Amalgamas de dos acústicas. Obra de mítica exposición: Quetzalcóatl, Tezcatlipoca, reinado de Tenochtitlan, Hernán Cortés, águilas, jaguares, fuego, flechas…
La OFCM, Beltrán Zavala y Nieto supieron glosar con eficacia el complejo cosmos sonoro de la partitura de Rojas Ruiz. Ovación general y reconocimiento del director huésped al compositor presente en la sala.
Intermedio. Notimex se acercó al percusionista cubano-mexicano Miguel Valdés, quien expresó: “Me parecen muy variados los colores rítmicos de la percusión prehispánica. Nieto hizo gala de su sentido de la euritmia con maestría. Interesantes los contrastes logrados entre lo hispano y lo azteca en un encuentro que dio como resultado un mestizaje de gran riqueza sonora”.
Tercera llamada. Dio continuidad la velada con el estreno en México de la “Sinfonía núm. 2”, de Jiménez Ruanova, que la OFCM afrontó bajo las conformidades de una partitura de propuesta gótica y sutiles apuntes jazzísticos. Percusiones en enunciaciones sincopadas, arpa de columpiado pulso. Varios solos de piano en clústeres de notas contiguas y recreación de frondas de marchas y danzas de presencia neobarroca.
Propuesta cercana a Stravinski, Pierre Boulez y Anton Webern, esta breve sinfonía de Jiménez Ruanova manifiesta texturas experimentales arropadas en un neoromanticismo de escritura armónica tradicional de ciertos guiños pendereckianos. El director huésped guió con destreza a la OFCM por las inquietantes abstracciones disonantes de este prometedor músico mexicano.
Terminó el convite con el estreno mundial de “Delusions of Charles the Bold”, del norteamericano Knaggs. Timbre de fusiones en el que los retumbos de flautas, clarinetes y trompetas juegan un papel fundamental. La OFCM formalizó bordados facundos de una obra de pompas y, asimismo, delicados tonos neoclásicos.
Ciertos bosquejos folclóricos y litúrgicos se asomaron en la ejecución de este breve poema concertino que la OFCM transmitió con eficaz ánimo desde sigilosa concordia instrumental. Presencia del compositor que el publico refrenda con cálidos aplausos.
“Hay que educar el oído frente a lo nuevo. Qué bueno que la OFCM dispuso estas piezas del XXXV Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez. Pregunta algo muy difícil de responder. ¿Qué cual composición me gustó más? Las cuatro son interesantes, pero si me obligas a una contestación pronta: me quedo con ?Sinfonía núm. 2?, de Jiménez Ruanova”, comentó a la salida el musicólogo Luis Ausentia Saantojai.
Se divulgó que para el próximo fin de semana (sábado 8 y domingo 9 de junio) la OFCM ejecutará la “Sinfonía Num. 3”, de Gustav Mahler. Avi Ostrowsky será el director huésped y se contará con la intervención del Coro de Cámara de la Escuela Nacional de Música. Vaya jornada que nos aguarda para dentro de siete días.
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