Notimex.- Las relaciones humanas y lo que hay detrás de éstas son el hilo conductor de la novela Rímel, de Karla Zárate, donde el tema del incesto es narrado de manera tan natural que hasta el lector se sorprenderá.
“De las relaciones humanas me interesan los temas de obsesión y perversión, mis personajes son complejos e intento explorar el lado oscuro del ser humano, ése del que nadie habla pero que todos tenemos”, explicó Zárate, para quien escribir es un estado alterado de la inconsciencia.
La autora detalló que se trata de una novela de suspenso psicológico que narra la historia de dos hermanos: Lissa, quien es una persona solitaria que escucha música todo el tiempo, y Kin, un cirujano plástico que ocasionalmente sostiene relaciones con sus pacientes, sus gustos excéntricos, es enigmático y le gusta el rock gótico.
“Hablo de esta relación que es nada habitual entre hermanos. Más allá de su vínculo sanguíneo, ellos dos buscan medios para compenetrarse el uno con el otro, hasta llegar al punto de que la identidad de uno está incompleta sin la del otro”, refirió.
Desde pequeños, Lissa y Kin construyeron una intensa complicidad que los llevó a formarse un mundo aparte de los demás y a forjarse una realidad propia; “ellos dos van creando un lenguaje propio, yo me voy con cada uno de ellos y entró en su psique: qué escuchan, qué piensan, qué sueñan, qué leen”, expuso.
“Mis personajes son espejo, pero también opuestos. La novela explora el mundo que ellos dos van creando, un entorno que se vuelve cada vez más enigmático y complejo”, comentó la maestra en Literatura por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
De acuerdo con la autora, su interés por escribir sobre las relaciones humanas es porque “ninguna de éstas es totalmente sana, ya que siempre tenemos ese afán de poseer al otro, de meternos en su mente, y no estoy hablando de una posesión física sino de la psique, queremos compenetrarnos en la persona que tienes enfrente, sea tu pareja, tu jefe, tu compañero de trabajo”.
Respecto al título de su ópera prima, “Rímel”, Zárate sostuvo que alude a la mirada, “es una novela escrita desde dos puntos de vista, dos voces diferentes; la primera parte está narrada desde la perspectiva de Lissa y la segunda, desde la de Kin, hasta cierto punto puede ser narrada de manera parecida o diferente, a todos nos sucede”.
La licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas explicó que si dos personas narran un evento familiar habrán dos historias completamente distintas; “comieron lo mismo, escucharon la misma música, en fin, serán dos historias y esta divergencia de perspectivas es muy interesante”.
Respecto al por qué escribir en segunda persona “Rímel”, publicación ya disponible en diversas cadenas libreras de México, la autora señaló: Siento que así puedo jugar con el lector para que su cabeza complete las escenas, la narración no sólo ocurre entre los personajes, más bien le permito al lector evocar estas escenas. Es una novela muy visual, tiene escenas muy precisas y el lector se vuelve parte de la narración.
En este sentido, invitó a que quienes decidan leerla a descubrir su parte oscura, “al final, todos tenemos partes que nos dan miedo y no hay nada mejor que tratarlas de forma natural, porque son parte del ser humano”, concluyó.
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