Centro histórico de Puebla supera decibeles permitidos por la norma internacional

Un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Arquitectura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla determinó que los niveles de ruido que se registran en algunas zonas del Centro Histórico de la ciudad superan los decibeles permitidos por la norma internacional, al registrar hasta 95 decibeles al interior de edificios contra 67 que marca la norma y 100 en el exterior contra 87 permitidos.

Miembros del Cuerpo Académico de Estudios Arquitectónicos realizaron a finales de 2011 un estudio sobre contaminación sonora, donde detectaron niveles superiores a los límites permitidos por la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, así como por el Reglamento para la Protección del Ambiente contra la contaminación originada por la emisión de ruido, que marca 67 decibeles para interiores y 87 para exteriores.

El análisis se realizó en el eje de las avenidas Reforma y Juan de Palafox y Mendoza, desde la calle 11 Norte-Sur hasta el boulevard 5 de Mayo, durante los meses de noviembre y diciembre de 2011, en un rango de 9:00 a 18:00 horas, especificó la maestra Carmina Fernández de Lara Aguilar, integrante del proyecto.

Con ayuda de sonómetros digitales se detectaron mediciones de 83 a 95 decibeles en el interior de algunos espacios y de hasta 100 decibeles en exteriores, debido al perifoneo dentro y fuera de los establecimientos. El Zócalo, a pesar de ser el área más transitada, por ser un espacio abierto impide la concentración de ruido.

Otro de los resultados obtenidos fue: “Los jóvenes están más adaptados al ruido por el uso de artículos sonoros como audífonos; en cambio las personas mayores de 50 años manifestaron una mayor sensibilidad ante sonidos altos”, indicó.

La concentración de ruido, precisó la investigadora, depende de la calle en relación a la época del año, la hora, la circulación de vehículos y del tipo de actividad en cuanto a comercios, hoteles, escuelas o estacionamientos, por lo que no existe una uniformidad del sonido en el área de estudio.

Repercusiones en la salud

El ruido genera molestias físicas y psicológicas en las personas a corto y largo plazo: impide la concentración, atención, comunicación, eleva el ritmo cardiaco, ocasiona dolores de cabeza, estrés, sordera y afecta el equilibrio, malestares que presentan algunos trabajadores del Centro Histórico.

Investigación única en su tipo

La investigación surgió del proyecto Arquitectura, conservación y calidad de vida. Estudio de caso de la Avenida Juan de Palafox y Mendoza, para comprobar el deterioro de las construcciones a causa del ruido continuo.

Para ello se identificaron nueve frentes de calles en el eje de las avenidas Reforma y Juan de Palafox y Mendoza, desde la 11 Norte-Sur hasta el boulevard 5 de Mayo, donde se analizaron usos de suelo, datación de las edificaciones, condiciones de conservación y niveles sonoros.

Se comprobó que las edificaciones del siglo XX con muros más angostos y grandes ventanales permiten una entrada del sonido más allá de lo permisible, contrario a las construcciones antiguas con muros más gruesos y de piedra, los cuales minimizan su penetración al interior de las habitaciones.

Los investigadores también determinaron la mitigación de la resonancia por el mobiliario y presentaron su relación con la temperatura y el aire, ya que el frío concentra más el ruido y el viento lo dispersa.

Igualmente se identificaron las fuentes sonoras, señaló el investigador Enrique Benítez Barranco; éstas se clasificaron en fijas -como las bocinas para anunciar ventas y maquinaria de algunos negocios- y fuentes móviles, por ejemplo sonidos del motor y escape de vehículos, donde algunos de ellos disponían de perifoneo.

Los resultados de la investigación y el debate sobre el tema, permitió la edición de un libro sobre el problema del ruido en los centros históricos, el cual se presentará en los próximos meses.

Por otra parte y como continuación del proyecto, desde hace dos meses los integrantes del Cuerpo Académico de Estudios Arquitectónicos estudian el comportamiento del ruido en el fraccionamiento Los Héroes, con el afán de comprobar los problemas sonoros en este tipo de vivienda, saber qué pasa con las personas y proponer mejoras a los sistemas constructivos.

“Por el momento se estudian los materiales y sistemas de construcción de la vivienda para ver el tipo de pisos, muros, losas, acabados y condiciones de la edificación, así como su disposición dentro del conjunto habitacional”, indicó la maestra Fernández de Lara Aguilar.

Participación interdisciplinaria

Durante la realización de la investigación participaron académicos y alumnos de las facultades de Ingeniería, Medicina, Psicología y Arquitectura, quienes desde su disciplina abordaron la contaminación sonora.

Los universitarios de Psicología analizaron la percepción sonora de las personas en dicha zona; el impacto del ruido en los materiales estuvo a cargo de ingenieros civiles; las afectaciones físicas por la Facultad de Medicina y el tipo de materiales y sus efectos, así como los siglos de construcción, por arquitectos y diseñadores urbanos.

Relevancia de los planos sonoros

Los investigadores destacaron la necesidad de tener planos sonoros, los cuales permiten conocer las zonas con más ruido y así realizar acciones para su mitigación, ya que actualmente el ayuntamiento sólo monitorea el ruido para sancionar, “pero no hay una recomendación de mitigación, provocando un vacío en la legislación que no ayuda a mejorar la calidad de vida de la gente en esta zona”.

En el caso de la Ciudad de Puebla, con un comportamiento diferenciado, los planos sonoros permitirían que cuando se diera un permiso de suelo, “éste fuera acompañado con las recomendaciones necesarias para que el ruido a realizar por la actividad propia del negocio se mitigue y no afecte a las personas”, expuso Carmina Fernández de Lara Aguilar.

El maestro Enrique Benítez Barranco agregó que México todavía tiene mucho por hacer en cuanto al tema de contaminación sonora, ya que en países europeos como España existe una legislación al respecto, de esta manera consideró realizar propuestas conjuntas e integrales entre instituciones de gobierno y academia para solucionar esta situación.